BIENVENIDOS

EN ESTE GRAN LABERINTO QUE ES LA VIDA, NO PUEDO PERDER SIN GANAR A LA VEZ, PERDÍ MUCHOS AÑOS Y JUGUE MUCHAS LIDIAS Y A MUCHOS AMIGOS ENCONTRÉ. ES MAS QUE CON ESO ME CONFORMO, EL SIMPLE HECHO DE ESTAR HOY AQUÍ, ESCRIBIENDO PALABRAS EN ESTE INMENSO SILENCIO, RECORDANDO TANTOS Y MUCHOS RECUERDOS, QUE UNA VEZ MAS ME HICIERON SONREIR.

jueves, 25 de junio de 2009

El niño que no sabía ver mas allá de las nubes.


En los numerosos planetas que habitan el mundo, yo, chiquita e insignificante, decidí vivir en el planeta de las emociones por un tiempo. Había algunos que decidían vivir en otros muchos planetas, jajaja, y “esta lectura me recuerda mucho al principito”. Pero yo no se porque se me quedó dado, vivir en este mundo. Quizás porque me quedé pequeñita de verdad, y no quise crecer mas, o tal vez me guste este mundo, o me es importante. A veces debiese bajar a otros planetas o a otros mundos pero me siento tan aferrada a este, que a veces es como si no conociese otros. Uff en este mundo mi imaginación vuela, tal vez sea porque este planeta este tan cerca del de los sueños, que a veces no se como parar y algunos que conozco, que viven en otros planetas, aunque suene raro bajo mi mismo techo, no entienden lo que digo, “vives siempre en las nubes”, al menos eso dicen, “cuando irás a bajar, en que piensas”. Yo me entristezco tanto, porque las nubes son tan y tan bonitas, se dibujan formas tan hermosas y definidas.

Estaba tan acostumbrada a ver esas hermosas figuras en el cielo, que al instante desaparecían, eran de espuma, de algodones, de humo, que a cada paso iban cambiando, para dar forma a nuevos objetos. Un día me encontré con un niño que no creía que hubiese figuras en las nubes. Me quedé muy extrañada, si yo las veía tan claras y preciosas, si estaban ahí, porque él no podía verlas. Quizás fuese de otro planeta diferente al mio, quizás fuese del planeta de las matemáticas, ese planeta tan extraño que nunca por mas que quise, pude cruzar la entrada. Dios mio, las nubes, un fenómeno, una masa visible formada por cristales de nieve o gotas de agua microscópicas suspendidas en la atmósfera. Estaban ahí suspendidas en la inmensidad del cielo, ese cielo, tal vez común a todos los planetas. Umm ahora se volvía todo un dilema.
Quizás ese niño fuese tonto de remate, sería lo mas lógico, quizás olvidó quitarse la venda un día que jugó a la gallinita ciega y ahora por ese motivo, no pudiese ver las formas de las nubes. Pero mi mama y en el cole me enseñaron a no juzgar a nadie. A pensar, a razonar, y tal vez él no las viese no se, por muchos motivos. Pero tenía que encontrar explicación, tal vez yo me estuviese volviendo loca, pero ver aquellas extrañas figuras me hacia sentir tan bien, tan libre, tan yo misma, que no podía creer que no existieran.

El pequeñito duendecillo que a veces habla con mi cabeza, se puso en contacto conmigo, de una forma mágica.
Me hizo cerrar los ojos, y pensar en muchas cosas, vi hermosos paisajes, mares, ríos, sentí la bresca brisa de aquel paseo marítimo. Luego me preguntó con que sentido lo había visto, en aquel momento los ojos permanecían cerrados. Lo había visto con la mente, con el alma y con el corazón. Aveces las personas que deciden quedarse en el planeta de los sentidos le es muy fácil traspasar lo que ven con su alma a sus ojos. Tu en eso eres una experta, pero que me dices de los otros planetas ehh, cuando entrastes en el planeta de la aritmética y de los razonamientos matemáticos, en ellos te pierdes por completo, no ves el orden lógico en tu cabeza, pero eres capaz de darle forma a lo que otros ven abstracto. Por eso cada uno es especial y único en su planeta, y ese niño, tu amiguito, acaso te molestaste en preguntarle cual es su planeta. Todos tenemos uno o varios y en ellos vivimos gran parte de nuestro tiempo. Lo mismo él aún se encuentre desubicado pero tu puedes ayudarlo, el ayudarse es el autentico valor de los amigos. y quien sabe quizás algún día tu puedas razonar las matemáticas, y él ver las maravillosas formas de las nubes.


Somos tan iguales en el fondo, pero a veces vivimos en planetas tan distintos, y es eso lo que hace tan amable el mundo lo que nos diferencia, lo que podemos aprender los unos de los otros, lo variado que es el mundo.

3 comentarios:

Felipe Marín Álvarez dijo...

Hola Mónica.
Por fin has vuelto a compartir tu escritura. Me alegro. Quiero remarcar la última frase: "...es eso lo que hace tan amable el mundo, lo que nos diferencia, lo que podemos aprender los unos de los otros, lo variado que es el mundo"
Me gustó.

Pelayo dijo...

Ya era hora de que volvieras.
Me encantó.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Hola Mónica
Es la primera vez que hago un comentario en tu blog, este pequeño relato me ha hecho recordar, creo que por el tema de las nubes, claro, un poemita chino que dice así:
"...Y es por tí que , lejos
de discursos y discordias,
tienes la cabeza apoyada
en una almohada de nubes azules"

Yo creo que a veces la tengo, miro las mubes y me transporto a ellas, veo, al igual que tu, sus sugerentes formas y leo en ellas como si de un mensaje en código secreto se tratara.
Es verdad que este mundo que habitamos está dividido en una multitud de planetas, cada ser humano no es solo un planeta, es un microcosmos donde las leyes del universo rigen de una forma única e irrepetible. Ahí está la diversidad y ahí está el reto, todos tenemos que convivir, todos tenemos que respetarnos, todos tenemos que aprender mucho unos de otros y lo mas bonito es coexistir en armonía. Pero no debemos olvidar que ante el menor indicio de conflicto hemos de dar prioridad a mantener en equilibrio muestro microcosmos individual. Si nosotros estamos en equilibrio es mas facil también mantenerlo con los demás.lo primero pues, como diría el Cándido de Voltaire,será "cuidar muestro jardín" y si lo que poseemos es un jardin de nubes, nubes habremos de cultivar.

Saludos, Gonzalo